09 diciembre 2003

Hoy paz y tarnquilidad para cuerpo y alma. Dentro de unas horas tomo el aviÛn hacia Bali.
He stado en el cine. He visto una pelÌcula thai: "Beautiful boxer", la historia real de un famoso boxeador de "muay thai" que se covierte en transexual. Ha estado bien, la recomiendo aunque dudo que alg˙n dÌa tengais ocasiÛn de verla.
A partir de maÒana, noticias desde Bali.
Ayer, tras levantarme y despejarme un poco, ya anochecÌa y era hora, salÌ a la calle con rumbo a Panthip (la Isla Tortuga de la inform·tica, Bill Gates resuelve sus problemas allÌ), me abordÛ una farang (occidental) con su hija pequeÒa habl·ndome atropelladamente un inglÈs con claro acento francÈs. Haciendo alarde de polÌglota le dije que se calmara y que empezara en francÈs. Su historia se situaba en Pattaya, zona predilecta de teutones y dem·s razas b·rbaras. Su marido, ella y su hija habÌan sido asaltados por unos extranjeros, el hombre, al tratar de defenderse habÌa empujado a uno de los asaltantes con tan mala suerte que Èste se habÌa golpeado en la nuca con el bordillo y ahora estaba en el hospital en coma. Consecuencia: las vÌctimas se habÌan convertido en culpables. Su marido estaba en la c·rcel tras un juicio r·pido, a mi juicio, tan r·pido que se la sentencia existÌa antes del delito. La cuestiÛn estaba en que estaba intentando reunir los 20.000 Bahts (500 eur) para sacar a su marido de la c·rcel, adem·s podÌa ser condenado a 3 aÒos de c·rcel.
Uno, que se patea las calles all· dÛnde va, no se fÌa ni de su sombra. EmpecÈ a hacerle preguntas que en cierto modo la incomodaban:
-øLa embajada francesa quÈ dice al respecto? Nada, nos han dado un abogado de oficio que no ha hecho nada.
La cosa no me cuadraba mucho. Las embajadas siempre disponen de fondos (pocos) para prestar a sus ciudadanos en caso de apuro.
-ø No tiene tarjetas de crÈdito? He llegado al lÌmite y no dan m·s dinero.
Vaya juergas se habÌan corrido antes de que los asaltaran para dejar varias tarjetas sin fondos.

Tampoco me cuadraba el hecho de que sin conocer Tailandia, y por ende Bangkok, se habÌa situado frente al Hotel Sheraton Grande y otro de gran lujo tambiÈn, un lugar de flujo constante de turistas, y no mochileros precisamente.

Me contÛ algo que me dejÛ m·s descolocado si cabe. Un extranjero se habÌa ofrecido a ayudarlas. Se las llevo al hotel y pidiÛ tener relaciones sexuales a cambio del dinero, pero las relaciones las querÌa con la niÒa, que no creo que llegara a tener ni siete aÒos (°a esa hora yo dormÌa!). AllÌ creo que se dio cuenta de que se habÌa pasado un poco con su historia.
ìYa sÈ que Usted no me lo puede dar todo, pero cualquier ayuda es ˙tilî Esta frase me dio pie a decirle que yo no era un turista y que la soluciÛn no era pedir dinero en la calle. HabÌa que buscar otros caminos. Al no ser yo turista, me dio la impresiÛn de que su interÈs por mÌ disminuÌa. En ese momento llegÛ la hija, que iba y venÌa ajena al ìproblemaî, y le dijo algo al oÌdo a la madre. Parece ser que habÌa un seÒor por ahÌ que anteriormente se habÌa ofrecido a ayudarla y que se estaba acercando. Mi cita con la inform·tica se estaba retrasando y esta conversaciÛn se dilataba demasiado.
Antes de irme le dije si iba a estar mucho tiempo en ese lugar. Me respondiÛ afirmativamente: ìHasta que haga falta, no me queda otro remedioî. Ante una respuesta tan taxativa, le dije que no se moviera de allÌ, que yo encontrarÌa una soluciÛn. Me apartÈ unos cuantos metros e hice ver que llamaba por telÈfono y hablaba con alguien poniendo cara de pocos amigos, no sÈ si llegÛ a percatarse de ello, la cuestiÛn es que, tras saciar mi hambre inform·tica, pasadas un par de horas, no habÌa rastro ni de la niÒa ni de la mujer.
øHabÌa conseguido los 20000 Bahts?
øEra una timadora profesional?

En cualquier caso, mi exceso de desconfianza, mi odio natural al ser humano y mi absoluta falta de solidaridad, hicieron que sospechara de que se trataba de un timo.
Tal vez lo averig¸e cuando me encuentre a alguien de la embajada francesa por cualquier antro de mala muerte que frecuentamos, o el dÌa que vuelva a ver a esa mujer pidiendo por la calle. Bangkok es muy grande, pero los blancos nos movemos muy poco y vivimos, a efectos pr·cticos, en un pueblecillo.
El alcohol y las benzos empiezan a hacer mella en mi cuerpo. Largos periÛdos de sueÒo sin un descanso real. Falta de apetito. Actividad mental acelerada. Temblores ocasionales. No pasa nada, est· todo dentro de lo previsto. Un par de dÌas de desintoxicaciÛn y todo vuelve a la normalidad. El miÈrcoles me voy a Bali y tengo que estar en plena forma para poder machacar bien el hÌgado allÌ. Parece ser qeu hay mucho ambiente y menos putas, la coas promete. M·s noticias, en esta p·gina.